La manera más sencilla de vivir, suele siempre ser el disfrutar de todo lo que llega a ti de manera sorpresiva. Muchas veces consideramos las cosas del destino como algo importante; además de estar llamados a planificar y controlar casi obsesivamente nuestro andar, sólo para evitar errores… Así nos vienen enseñando en el colegio según nuestra cultura de buscar el éxito sin equivocarse, algo que se contradice de cómo debe ser un emprendedor en la vida.
Es curioso, que en forma repetitiva se dice que los seres humanos somos errantes, y que siempre hay que aprovechar de aprender de nuestros errores. Entonces; si los errores son una gran fuente de aprendizaje y por otro lado, estamos obsesionados en planificar la vida para evitar errores, me pregunto, ¿qué hace que “nos pongan” en esta encrucijada en donde probablemente muchos nos hemos congelado confusos frente a uno de los contrasentidos más frecuentes a los cuales nos enfrentamos?
Para mí, lo que debemos hacer es muy simple: no tener miedo a equivocarnos; agradecer que los errores que cometemos son nutrición de enseñanza. Todo esto tiene una piedra angular, en donde debemos saber identificar y reconocer con mucha humildad estos errores, para recoger esta enseñanza y transmutarla en una entrega de amor constante sin esperar recibir nada a cambio.
Bajo este prisma, los errores que cometemos, los cuales algunas veces generan daños no intencionales en algunas personas; debemos buscar por todos los medios de repararlos para que la vida tenga una fluidez armónica. Esto es algo que a lo menos debes intentar, aunque no logres conseguirlo, pues si lo dejas estar, probablemente este daño se te devuelva en alguna oportunidad en la vida.
Por lo tanto, si te enseñan a vivir pendiente de controlar todo, y de alguna manera no tenemos la fuerza de voluntad para darnos cuenta que estás en este mundo para provocar bien en los demás, el foco está; en que debemos enfrentar todos los días desde la perspectiva de la maravilla que son las sorpresas que tocan a nuestra puerta a diario.
Lo más bonito es lograr tener apertura de cuerpo y alma para recibir estas sorpresas como un gran regalo del universo, y así como ella se entrega a ti, tú puedes entregarte a ella.
No tengas miedo, sólo abre la puerta, vive y da amor.