¿Cuántas veces nos hemos dicho, me falta tiempo, me falta día? – ¿Sientes que tienes equilibrio en tu vida?
Cada día son más los compromisos que vamos sumando a la balanza del día a día y mientras más responsabilidades, se nos exige un mayor equilibrio. Más allá del rol que cumplamos ya sea; de hijos, padres, amigos, esposos, parejas, socios, empleados, jefes, alumnos, etc. Muchas veces es necesario ser malabaristas para dejar a todo el mundo contento, sin embargo, lo primero es estar contentos con nosotros mismos. Poniendo orden a nuestra vida interior, se ordena nuestra vida externa. Como es adentro es afuera.
Algunos de los puntos que nos desequilibran son: no priorizar, las redes sociales, no saber decir no, querer hacerlo todo, enojarnos, entre otras cosas.
Puntos a considerar: Debemos saber que lo primero, es partir por nosotros. ¡hagámonos cargo! cuidándonos física, espiritual y emocionalmente; porque cuando estamos en armonía con nosotros mismos, eso se transmite y los demás así lo perciben; el equilibrio nos da claridad, serenidad, certeza, etc. Y así recién estamos posibilitados de apoyar y ayudar a otros.
Es bueno darse un respiro de vez en cuando; por ejemplo; un fin de semana levantarse más tarde, caminar por un parque, hacer deporte, ir a un café etc., pero el sólo hecho de pensarlo, aparece el fantasma de las culpas…no pasa por egoísmo; ya que esos espacios nos ayudan a alinearnos, aquietarnos a encontrar nuestro centro.
Debemos estar atentos a los desafíos y cómo reaccionamos ante ellos, ya que, por lo general, la familia y en algunos casos los amigos, son los primeros en llevarse nuestras descargas de ira cuando nos sentimos presionados y eso nos lleva a generar quiebres, que nos aíslan. Tengamos en cuenta, que son ellos los que están con nosotros en cualquier circunstancia, son los que nos contienen, los que nos dan una mirada sincera y nos pueden generar la serenidad ante aquello que estemos viviendo.
Pregúntate, ¿Qué te aporta cuando te enojas, cuando gritas o discutes?, te lo digo en simple?, Un muy mal rato. Ey!! No te enojes, conversa, dialoga; comunica lo que te sucede, busca siempre un mejor momento para hacerlo, que sea en un tono sereno que te permita conectar con el otro, que todo tu ser esté dispuesto, desde tu postura corporal, tu mirada, proyecte aquello que quieres transmitir y verbalizar “Di, que te sientes sobrepasado con la presión que llevas y que eso mismo te hace estar menos receptivo e irritable, pide ayuda” al hacerte cargo estás indicando que eres consciente de la situación, en vez de hacer como que aquí no ha pasado nada.
A todos nos pasan las mismas cosas, a unos antes a otros después de una forma u otra, la diferencia está, con qué actitud tomamos aquello que nos toca vivir, unos se ofuscan, otros se deprimen, otros se enojan y todo lo anterior, nos hace perder nuestro equilibrio y otros simplemente lo tomamos con una actitud positiva y como un desafío; porque nada llegará a nosotros si no estamos preparados para superarlo. Tú eliges cómo lo vives; recuerda como pienses y como vibres es lo que atraes. El equilibrio también pasa por nuestros pensamientos y palabras. Seamos más conscientes de lo que pensamos y de lo que decimos porque si dices por ejemplo “Nunca solucionaré este problema”, “Nada me sale bien”; pues ya lo decretaste… así será!; porque conectas con el lado negativo que todos tenemos; distinto, es decir; puedo hacerlo, voy a generar el cambio, este desafío no me va a ganar etc. Cuando se es positivo en la vida más allá de lo que nos suceda, se es más feliz; y no es fácil, pero se puede, requiere que lo adoptemos como un hábito y este es igual que un musculo, si lo trabajas éste toma forma, se hace firme.
Hoy en día las redes sociales; es uno de los puntos más potentes que nos hace perder nuestro equilibrio y nuestros focos, absorben mucho de nuestro tiempo, el teléfono para muchos es su mundo, allí están nuestros contactos; WhatsApp, Facebook, juegos en línea, navegador y nos consume de tal manera que pueden pasar horas, sin darnos cuenta. Vivimos con la seguridad que mañana tendremos todo el tiempo del mundo. La vida es frágil y se nos puede ir en un segundo.
Finalmente, todo desequilibrio nos repercute emocionalmente, nos nubla la vista, la objetividad, perdemos el foco, la capacidad de imponernos metas. Te invito a poner manos a la obra, ya es tiempo de reforzar el musculo del equilibrio en nuestra vida, dedícate un tiempo real y decide que quieres priorizar para tener calidad de vida. Escribe tus metas más importantes. Es bueno que sepas que, es tanto lo que decimos que vamos hacer y nos boicoteamos solos, que al no cumplir con aquello que nos proponemos, llegará un minuto en que nuestro inconsciente ya no nos creerá. Por ello te desafío a encontrar tu equilibrio, buscando soluciones que te ayudaran a vivir positivamente, elevando tu vibración, sintiéndote dueño de ti, energizado, y a recibir los desafíos de la vida con serenidad, seguridad y empoderados.
“La rutina nunca puede dirigir movimientos importantes”